“Los Demás Tienen La Culpa”
Muchas veces nuestros estados de ánimo cambian drásticamente por lo que los demás nos hacen, y si por ejemplo estábamos pasando un muy agradable día de campo y alguien nos tira encima accidentalmente una limonada, estallamos en enojo.
Es realmente injusto que los demás puedan llegar y estropear nuestra estabilidad emocional con acciones como decirnos un insulto, criticar algo de nuestra apariencia, pasar sin saludarnos, etc. Estas pequeñas acciones pueden realmente dolernos, enojarnos y entristecernos.
¿Pero realmente los demás tienen tanto poder sobre nosotros? ¿No sería esto lo verdaderamente injusto? Imagínate que de verdad los demás tuvieran el poder de cambiar tus emociones de forma tan simple y automática. Seríamos verdaderos títeres de los demás, ¿no crees?
Entonces, ¿por que decimos cosas como “tú me lastimaste”, “tú me hiciste enojar”, “tú me ofendiste”?
La verdad es que culpar al otro de nuestras emociones es no hacernos responsables de ellas. Muchos dirán: “¡pero cómo no me voy a enojar si me insultan!”, y la verdad es que no tendrías por qué enojarte.
Si te enojas es porque el insulto tú lo interpretas con un significado de ofensa, y tienes aprendido que al ofenderse uno debe enojarse. Todo esto es aprendido. No tendría por que ser así forzosamente. Hay personas que aunque se les insulte, no reaccionan con enojo.
Las emociones que sientes son resultado de programas y asociaciones mentales y emocionales que tú tienes. Las situaciones externas simplemente pueden activar alguno de estos programas, pero no puedes decir que alguien te hizo enojar. Quizá lo más correcto sería decir algo como “cuando me insultaste, me sentí agredido y me enojé como una reacción natural para defenderme”.
Por supuesto que no solemos ver nuestras reacciones de esa manera, pero en realidad así funcionan. La buena noticia de esto es que está en tus manos el control de tus estados emocionales. Tú puedes aprender a manejar tus emociones como te sea más saludable y productivo.
Esto no quiere decir que nunca deberías enojarte o entristecerte. De hecho eso va a seguir sucediendo de manera automática. La enorme diferencia está cuando te das cuenta de que si te enojaste es porque algo se activó en ti, y que te corresponde a ti atenderlo, y dejas de estar culpando a los demás de “lo que te hacen”, porque ya entendiste que el poder sobre ti lo tienes tú y no los demás.
Cuando aprendes eso te haces verdaderamente responsable de ti, de tus estados emocionales y de tus reacciones frente a las frustraciones. Como resultado, logras llevar una vida mucho más consciente y satisfactoria, ya que te conoces más y sabes en qué aspectos de tu persona debes trabajar más.
Puedes aprender otras enseñanzas como esta al hacer un trabajo de Superación Personal de fondo, en el que realmente inicies un viaje de auto conocimiento y desarrollo personal. Te invitamos a formar parte de la comunidad de La Travesía, inicia tu viaje de superación y aprende mes con mes herramientas como esta para llevar una vida más plena.