¿Tienes que hacer cosas que no quieres?
Cambia una frase y cambia tu experiencia
Muchas veces nos sentimos obligados a hacer cosas que quizá no quisiéramos hacer del todo.
¿Alguna vez te has encontrado en una situación en la que debes hacer cosas que quizá preferirías no hacer?
Por ejemplo, tal vez un día por la mañana, mientras repasas los pendientes de ese día, te dices algo como: “tengo que ir al banco, tengo que programar la junta, tengo que llamarle a esta persona, tengo que ir a la tienda, tengo que organizar mi escritorio, tengo que cortar el pasto, tengo que pagar la luz, etc…”.
¿Notaste la frase que repites en tu mente una y otra vez? Exacto. El famoso “tengo que”. Pero, ¿Cuál es el problema de decir “tengo que…”, si efectivamente tengo que hacer esto y aquello?
Bueno, en realidad no existe mayor problema, simplemente se trata de una frase que lleva implícito el hecho de hacer algo que va contra mi voluntad, o que por lo menos no me entusiasma mucho tener que hacer.
Lo que queremos proponerte es que hagas la prueba de cambiar el “tengo que”, por otra frase mucho más intensa, que es: “quiero”.
Observa la diferencia entre decir algo como “tengo que ir al banco”, y decir “quiero ir al banco”.
¿Lo notas? ¿Te das cuenta que no te sientes igual ante la actividad a realizar si cambias esa frase? Cuando decimos “tengo que” sentimos que vamos arrastrándonos en el día llevando a cabo actividades que son una obligación más que una decisión. Cuando decimos “quiero”, automáticamente nos hacemos dueños de nuestras decisiones y de las acciones que tenemos que llevar a cabo.
En vez de vivirlo como algo que debemos tolerar, lo vivimos como algo que estamos decidiendo vivir, con lo cual podemos vivirlo con más entusiasmo y alegría. Se trata de darte cuenta de que lo que haces en el día lo haces porque tú así lo quieres. La realidad es que todo lo que hacemos lo hacemos porque decidimos hacerlo, porque en el fondo nos conviene. Ya sea ir al trabajo para que no nos corran, o pagar las cuentas para que no nos corten la luz, o incluso entregarle nuestra cartera al asaltante para que no nos lastime, todas son decisiones que nosotros estamos tomando porque nos convienen, independientemente de si es o no lo que preferiríamos.
Si pones a prueba cambiar esta frase y comenzar a usar el “quiero”, cada vez que te sientas obligado a hacer algo que te molesta, observa cómo de manera automática te sientes dueño de la situación y te vas a dar cuenta de la enorme fuerza que tienes dentro de ti, que se llamaVOLUNTAD.
Vive tu vida con entusiasmo y hazte dueño de tus circunstancias. Aprende cómo valorarte más y encontrar esa fuerza que está dentro de ti.