La ansiedad es una respuesta natural ante amenazas potenciales, la cual pone a tu cuerpo en un estado de atención que usualmente no tiene. Cuando es adecuada, la ansiedad es beneficiosa porque te mantiene fuera de peligro.
Sin embargo para millones de personas, la ansiedad puede aparecer aún cuando no exista una hay amenaza real, provocando que la persona padezca un estrés innecesario.
La ansiedad genera la respuesta de “pelear o escapar” al tiempo que libera la hormona Cortisol en tu organismo, diseñada para aumentar tu velocidad, los reflejos, la frecuencia cardíaca y la circulación. Sin embargo, cuando no existen motivos para este aumento hormonal, el Cortisol hace daño al cuerpo.
Aunque la ansiedad puede coincidir con un evento estresante (como hablar en público), un trastorno de ansiedad persistirá durante meses, incluso cuando no hay ninguna razón clara para estar ansioso. Aunque las causas exactas de los trastornos de ansiedad son desconocidas, tu cerebro está involucrado activamente.
Los científicos han descubierto que la amígdala y el hipocampo, en el cerebro, juegan papeles importantes en la mayoría de los trastornos de ansiedad. La amígdala es una estructura en forma de almendra que procesa las señales sensoriales entrantes, su tarea es alertar al resto del cerebro de que una amenaza está presente y para desencadenar una respuesta de miedo o ansiedad.
Ciertos recuerdos emocionales almacenados en la parte central de la amígdala pueden desempeñar un papel en los trastornos de ansiedad causados por diversos elementos como por ejemplo como temor a los perros, las arañas, o a viajar en avión. El hipocampo es la parte del cerebro que codifica eventos amenazantes en recuerdos.
Así, es como si el cerebro estuviera ‘cableado’ para generar ansiedad. Se cree que los trastornos de ansiedad pueden ser el resultado de una combinación genética y social (el entorno).
Muchas personas viven ansiosas y no se dan cuenta de que tienen un problema, pensando que esa es la forma normal de ser. Se estima que sólo un tercio de las personas con trastornos de ansiedad reciben tratamiento.
Es indispensable que detectes si vives en constante ansiedad y hagas algo al respecto. La meditación, la terapia cognitiva conductual y los ejercicios relajantes son excelentes para ir cambiando la forma en que tu cerebro reacciona ante eventos estresantes y de ansiedad.