Un pingüino sudamericano nada cada año 8 mil kilómetros para reunirse con el hombre que le salvó la vida. El ave, de la raza Magellán, nada hasta Rio de Janeiro para visitar a Joao Pereira, un pescador que lo rescato del petróleo derramado en el cual nadaba con trabajos.

Pereira limió la pingüino y le dio peces de comer, para luego bautizarlo como Jinjing, segun reportó el diario The Wall Street Journal. El ave no quiso regresar a la vida salvaje, una vez curado.

Se quedó por 11 meses con su salvador, y en cuanto cambió de plumaje, desapareció, relató el pescador. Ahora, cada Junio regresa y se queda con el hombre por 8 meses, para luego volver a nadar a las frías costas de Argentina y Chile, como ha hecho por cuatro años.

“Amo al pingüino, es como un hijo para mi, ” dijo el hombre a Globo TV en Brasil.