Autoestima y Problemas Emocionales y Psicológicos Parte 3: Dinámica de la autoestima en los problemas y trastornos psicológicos.
Los trastornos psicológicos y emocionales de base pura se ven afectados por la autoestima en relación a la centralidad que tiene la ansiedad en su dinámica. Así podemos dividirlos en dos grupos bajo ese criterio. Por un lado se encuentran los conflictos que nacen directamente de la vivencia de ansiedad del individuo, los llamaremos “Conflictos con núcleo de Ansiedad”. Por otro lado tenemos a los problemas psicológicos que no tienen a la ansiedad como eje y origen de su dinámica sino que en estos la ansiedad es un agregado que complejiza su dinámica de forma en que lo hace con los trastornos de base biológica.
Conflictos con núcleo de ansiedad.
Empecemos por los conflictos centrados en la ansiedad. Obviamente estos trastornos ocupan un lugar muy importante y es la lista más extensa de trastornos vinculados a la autoestima y la autoconfianza justo por lo recién comentado: la ansiedad es el mecanismo básico a través del cual la autoestima articula con el padecimiento. Evidentemente son justo estos conflictos los mas clara y directamente afectados por las dinámicas del autoestima.
Podemos dividir los problemas relacionados con la ansiedad en dos tipos:
1. Ansiedad Frente a los Retos o Ansiedad de Desempeño. Miedos exagerados al fracaso, sea por sus consecuencias concretas en el mundo material o bien por su significado social (lo que acaba siendo miedo a la devaluación social). Llamaremos a estos miedos Ansiedad de Desempeño. Son los que se relacionan con la dimensión emocional de autoconfianza.
2. Ansiedad Social. Miedos exagerados al rechazo o la devaluación social. Llamaremos a estos Ansiedad por devaluación. Son los que se relacionan con la dimensión emocional de valía o estima.
La diferencia entre Trastornos de Ansiedad y los comunes problemas emocionales de estrés y ansiedad.
Como ya se había comentado en las primeras secciones de este trabajo existe una diferencia de intensidad en los casos para los que se usa la palabra “trastorno” y aquellos para los que se usan las palabras “problema” o “conflicto”. Quisiéramos especificar y dejar claro este hecho específicamente hablando de los padecimientos de ansiedad. Para los dos tipos de ansiedades, la de desempeño y la social, consideramos que si la intensidad es muy fuerte, tal que imposibilita a la persona llevar una vida normal, se trata de un Trastorno de Ansiedad. Si la intensidad de la ansiedad no es tan grande, aunque llegue a afectar la personalidad, la manera de ser y la manera de relacionarse del individuo, aunque le impida tener suficiente plenitud, éxito y/o armonía en muchas de sus actividades y relaciones interpersonales, si no le impide funcionar en sus actividades diarias de vida de forma normal, no se les considera un trastorno psicológico cabalmente dicho. Se suele considerar que la persona sufre de problemas emocionales o de personalidad de mayor o menor intensidad según el caso, pero no se habla de Trastornos de Ansiedad.
Lo común es que los casos en que se dan niveles de ansiedad tan altos como para considerarles trastornos de ansiedad acontecen por dos razones. La primera es que la persona ha nacido con una tendencia a que su sistema nervioso sea demasiado irritable o bien que alguna enfermedad o padecimiento físico le ha llevado a una situación biológica que provoca que su sistema nervioso sea demasiado irritable y genere niveles de ansiedad desproporcionados. Estos casos representan trastornos de ansiedad que evidentemente pertenecen a la categoría ya mencionada antes de “Problemas psicológicos de Base Biológica”.
La segunda es cuando la persona ha tenido vivencias psicológicamente dañinas (sean acontecimientos traumáticos de una ocasión o una constante exposición a circunstancias que le van generando una gradual afección emocional). Al igual que en los casos de personas con problemas de tipo biológico, las personas con este tipo de afecciones psicológicas generan reacciones de ansiedad anormalmente intensas. Estos casos corresponden a trastornos de ansiedad de base psicológica.
Por otro lado, los problemas de ansiedad que no son tan intensos como para ser considerados técnicamente como trastornos suelen generarse porque el desarrollo de la persona no contó con los elementos necesarios para que creciera con una sana autoestima por lo que su nivel de seguridad personal y su sensación de valía se encuentran disminuidos respecto del promedio o bien no son suficientemente altos para solventar las demandas de los retos de su vida diaria en lo económico, laboral, familiar, social o en varias de estas áreas.
A final de cuentas, como puede verse, los trastornos de ansiedad y los problemas emocionales comunes relativos a la ansiedad son en esencia lo mismo y comparten el proceso emocional relativo a la autoestima y la autoconfianza que explica porque el trabajo de autoestima resulta tan importante en su prevención y en su tratamiento. Cuando este proceso de autoestima es menos influyente es en los casos de trastornos de ansiedad con base biológica y es claro que aun en ellos el peso de una autoestima sana y un buen nivel de seguridad personal son importantísimos.
Conflictos con núcleo ajeno a la ansiedad.
Los trastornos y problemas psicológicos que no tienen un núcleo de ansiedad también incluyen en su dinámica los dos tipos de ansiedad. Como queda claro, estas dos formas de ansiedad están detrás de la mayoría de los conflictos emocionales de las personas y detrás de los padecimientos psicológicos serios. Así, tanto el estrés cotidiano de un ejecutivo o el que vive un automovilista en el tráfico como los trastornos de fobia o los ataques de pánico tienen como eje alguno de los dos tipos de ansiedad mencionados.
Lo que no hay que perder de vista es que en los trastornos y conflictos emocionales diferentes a los centrados en la ansiedad (aquellos que afectan centralmente la personalidad, la conciencia, la identidad, etc.) sucede lo mismo. Alguno de los dos tipos de ansiedad resulta es siempre un eje a través del cual la ansiedad coadyuva o complejiza el problema. Es a través de esas dinámicas de ansiedad que la confianza en uno mismo y el autoestima articulan con estos padecimientos, en algunos casos de manera muy directa e impactante y en otros más indirecta, pero siempre presente.
El Autoestima como Factor Principal en la Prevención de Problemas Emocionales y Psicológicos.
Por toda la dinámica examinada resulta claro que el trabajo de autoestima y el desarrollo de la confianza en uno mismo es uno de los mejores trabajos preventivos contra el padecimiento de trastornos piscoemocionales. La verdadera autoestima (no la pura adulación de la persona o el exagerado aplauso que a veces haces los padres en aras de fomentar la autoestima de sus hijos) desarrollada desde la niñez es una fortaleza emocional contra las presiones de la vida, esas que suelen problematizar psicológicamente a los adultos. Además, es uno de los mejores coadyuvantes a la mejoría cuando se atraviesan padecimientos de base biológica.
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