Artículo 1: Panorama general de los estudios de la Vivencia Matrimonial
Por: Dr. Jaime de la Torre
En nuestra cultura, y quizá en prácticamente todas las culturas, la relación de pareja es muy importante para la mayoría de los aspectos de la vida de los individuos. Así mismo, el matrimonio es en nuestra cultura la estructura más formal de la relación de pareja. Considerada como la base de la familia y con una historia de transformación a través de las épocas, la experiencia matrimonial es uno de los temas más amplios y significativos a estudiar dentro del mundo de las estructuras sociales y las relaciones interpersonales. Tiene estrecha relación con muchos de los conflictos y satisfacciones de los individuos así como con su salud física y mental (Fincham and Linfield, 1997) y, por supuesto, forma parte esencial de la dinámica social. Estas razones encabezan la lista de otras varias que hacen del estudio de la experiencia matrimonial y la calidad de la misma una prioridad para quienes estamos interesados en la salud mental del individuo y de su sociedad, en particular quienes nos especializamos en el área de la terapia familiar.
Los estudios sobre la vivencia del matrimonio y temas afines pueden ayudar a los terapeutas familiares y de pareja a comprender mejor la vivencia que algunas parejas tienen de su matrimonio. Con ello pueden identificar los elementos y procesos que probablemente sean útiles para manejar mejor las conflictivas que se presentan en este tipo de vivencia y por ende a mejorar la satisfacción y la calidad de vida de los individuos y sus familias, lo que es una empresa de enorme importancia.
La vida en matrimonio ha sido estudiada con relación a muy diversos factores y desde variados ángulos. En particular, la satisfacción que se deriva de la experiencia matrimonial, la satisfacción marital, es tema de variadísimos estudios, en ocasiones como elemento importante en la existencia de otros fenómenos y problemas, como en el entendimiento de patrones emocionales-conductuales de las parejas (Roberts y Korkoff, 1990) y en las repercusiones que tiene, junto con las de las diferencias de género dentro de las familias, en las interacciones de padres con sus hijos (Kerig, Cowan y Cowan, 1993; Seiffege-Krenke, 1999).
Así la experiencia del matrimonio se ha visto estudiada y relacionada con muchos aspectos de la vida en pareja, la vida familiar y las exigencias y circunstancias históricas y socio económicas. En una revisión bibliográfica encontramos que hay muchos aspectos involucrados en el estudio del matrimonio, he aquí algunos. La situación específica de “estar enamorado” y la conceptualización del romanticismo en el amor que tienen los individuos parecen repercutir en la felicidad y satisfacción de los esposos (Willi, 1997). La estructura de la familia y su relación con la vivencia del matrimonio y la vida familiar tales como la existencia de hijos varones o mujeres (Seiffge-Krenke, 1999). El pasado de los integrantes de la pareja, la influencia de sus familias de origen y los elementos tempranos de la relación que provocarán conflictos en la misma (Bumpass, Castro y Sweet, 1991). La historia de relaciones matrimoniales anteriores de los cónyuges que han vivido divorcios y forman una nueva relación (Kurdek, 1999). La cohabitación antes del matrimonio y su efecto en la vivencia del matrimonio (Zheng, 1999).
Otro tema con el que se relaciona la vivencia del matrimonio en numerosos estudios es el estrés ante las circunstancias el apoyo con que cuenta una pareja. Se ha estudiado la experiencia matrimonial en relación con elementos que hacen a los cónyuges más vulnerables al estrés. Por ejemplo, se ha relacionado a la satisfacción matrimonial con enfermedades crónicas infantiles de alguno de los cónyuges (Williams, 1995), y se han estudiado las experiencias de los maridos para lidiar con la enfermedad de cáncer de seno padecida por sus esposas y la manera en que el matrimonio sigue adelante (Hilton, Crawford, y Tarko, 2001). Los niveles de estrés, el apoyo social y los recursos de la familia tienen relación con la calidad marital y los procesos de la experiencia matrimonial en general (Pittman y Lloyd, 1998). Una multiplicidad de estudios muestran la manera en que la experiencia se ve afectada por los factores socioeconómicos y demográficos, como lo son el ingreso, la educación, la edad de los esposos al casarse e incluso las redes sociales (Pittman y Lloyd, 1998).
La religión también ha sido involucrada con el concepto, por ejemplo un estudio demuestra que, en el caso de las parejas donde ambos son de religión católica, el nivel de religiosidad de las parejas repercute de manera positiva en la experiencia matrimonial volviéndola más satisfactoria (Shehan, Bock y Lee, 1990). Existen también estudios que retratan la experiencia de cierto tipo de parejas como en el caso de cuando ambos miembros tienen la misma profesión (Hickox, 1993). Al respecto de los roles de género y el papel de la mujer, hay otra buena cantidad de estudios que describen cambios o dificultades al interior de la experiencia matrimonial (Young, 2001).
Algunos otros estudios hablan de la experiencia en etapas específicas del ciclo de vida de la familia, como la experiencia del matrimonio a la mitad de la vida (Appleton y Bohm, 2001). Otros más tratan de generar criterios e instrumentos para evaluar y caracterizar los atributos de las diferentes parejas (Fincham y Bradbury, 1992). Por último mencionaremos a otro grupo de estudios en que se busca comprender los procesos que vive la pareja, como el fenómeno de adaptación en los matrimonio duraderos (Mackey y O’Brien, 1999).